martes, 25 de marzo de 2014

El lastre del pasado

El lastre del pasado

Parece mentira que algunas de las cosas negativas que nos han pasado a lo largo de nuestras vidas se hacen más presentes e intensos los recuerdos a medida que avanzamos por el camino de la vida.

Me pregunto si es casualidad revivir emociones del pasado cuando aparecen pensamientos sobre ello en una circunstancia determinada de la vida, o por si al contrario es causalidad, es decir, producto de una causa que relacionamos intencionadamente o no, con la emoción, pensamiento, y/o situación del pasado.


Tanto si se trata de casualidad como de causalidad, la emoción que sentimos es incomoda y el hecho de no comprender el por qué de ese retroceso ante algo que pensábamos estaba olvidado nos hace todavía sentir más dolor y ese dolor se convierte en ocasiones en culpa por no haberlo superado, por no haberlo gestionado, por no haber hecho tantas y tantas cosas que debiéramos haber hecho…. Sin embargo seguimos aquí, sintiendo ese dolor hacia el pasado y el presente sin saber cómo librarnos de él.

Aunque casi como todo lo que percibimos en la vida, opino que se trata más de causalidad, ya que todo, o casi todo, tiene un sentido, un por qué, un motivo, una relación, una conexión…



La herencia de no haber curado bien las heridas emocionales se convierte en lastres difíciles de sobrellevar en una vida llena de incertidumbres y constantes cambios a los que nos tenemos que amoldar y saber navegar entre las aguas, no siempre tranquilas, de nuestras vidas.


Esos lastres se han convertido en una parte más de nuestra persona que en ocasiones nos han determinado a realizar acciones y/o interpretar situaciones basadas en nuestra experiencia personal, en nuestro bagaje. Limitando y acotando nuestra libertad personal que ha estado condicionada por el afrontamiento de experiencias difíciles en el pasado.

Para conseguir soltar esos lastres debemos ordenar y/o reordenar nuestros pensamientos y sentir unas emociones acordes a ellos de manera que consigamos sanar esas heridas del pasado y no que no consigan perturbarnos en el presente.



Que fácil, verdad!?.... No, no es nada sencillo…pero tampoco imposible!

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