La educación invisible
Siendo unas herramientas tan útiles en el quehacer diario se hace extraño que en los más pequeños no sean trabajadas desde las escuelas de forma directa y no transversal, como afirman la mayoría de centros educativos. Aunque las estadísticas no muestren unos resultados positivos hacía aspectos tan vinculados como son el abandono escolar, la violencia en las aulas, agresiones, peleas, consumo de drogas...
Pero más paradójico es el hecho que profesores cualificados para impartir las materias curriculares estén carentes de dichas habilidades para poder ofrecer una educación basada potencialmente en la resolución de conflictos, la colaboración y cooperación, la comunicación, la crítica constructiva, la sinergia de grupo... La tendencia general muestra que se basan en la autoridad dentro del aula y la desvalorización de la persona como única y como ser potencial, centrándose en las materias académicas como principal motor de crecimiento personal.
Por suerte no todos los profesores están carentes de la visión de crecimiento global que se debe ofrecer a los niños, incluso hay muchos de ellos que se esfuerzan en su labor como todos los trabajadores de este país a los que les han recortado el sueldo y los medios necesarios para realizar su labor con la motivación y entusiasmo.
Para todos ellos una humilde reverencia, ya que son el ejemplo de superación y de creencia en un futuro mejor, un futuro de valores y principios morales.
Para los restantes una humilde petición de abandono de profesión y dedicación a otra actividad laboral, ya que sin darse cuenta están destruyendo la ilusión de crecer y de creer de muchos niños.