martes, 17 de diciembre de 2013

Las metas y valores de la terapia cognitiva-Conductual



La principal meta es ayudar a las personas a vivir el mayor tiempo posible, minimizando sus problemas emocionales y sus conductas contraproducentes y a auto-realizarse para vivir una existencia lo más feliz posible. Parte de la idea de que cada persona elige sus propias metas.

Los dos pilares fundamentales de un estilo de vida psicológicamente sano, son la autoaceptación incondicional y un alto nivel de tolerancia a la frustración.



La resistencia hacia el cambio la hayamos en la dificultar de adaptación hacia nuevas formas de afrontamiento de las situaciones que vivimos diariamente. Incorporar un procesamiento distinto al que hemos mantenido toda  nuestra vida será una resistencia que podremos vencer racionalizando los pensamientos que tenemos hasta el momento creados mediante demandas y supuestos erróneos. 


Albert. ELLIS                       Aaron. BECK

lunes, 16 de diciembre de 2013

EL ESTALLIDO EMOCIONAL 



Es importante reconocer las reacciones que nos provoca en el cuerpo cada una de las emociones, y también establecer su origen, pues como se verá a continuación, nos permiten
reconocer los llamados 'secuestros del centro emocional' o 'estallidos emocionales'.
  Todos hemos tenido, tenemos y tendremos reacciones extremas que no se encuentran bajo nuestro control, a esto se le conoce como 'estallido emocional'.
  Es en esos momentos cuando, por poner un ejemplo, el centro emocional del cerebro (tema que veremos muy pronto) rige al centro racional. Estos pueden ser tanto momentos de crisis (una pérdida, una agresión, un susto) como de gran disfrute (una buena noticia, un beneficio inesperado, el encuentro con un ser querido, etcétera.).
Normalmente, cuando entra un estímulo a través de nuestros sentidos, la información pasa al tálamo (una región primitiva del cerebro), donde se traduce neurológicamente, y la mayor parte ella pasa después a la corteza cerebral, donde funciona nuestra parte lógica y racional. Es la corteza quien se encarga de tomar la decisión ante el estímulo sensorial. Sin embargo, no toda la información pasa en forma directa del tálamo a la corteza.
Una parte más pequeña de la información pasa directo del tálamo al centro emocional, lo que permite que tomemos una decisión instantánea e instintiva antes de que nuestra parte racional logre procesar la información.



Esta relación instantánea y automática entre el tálamo y los centros emocionales es la que origina el "secuestro emocional" o "estallido emocional", y el resultado es que actuamos antes de pensar, a veces para beneficio nuestro y otras para perjuicio nuestro.
  Así, el cerebro, la corteza racional, no puede ejercer control cuando se presenta una emoción extrema. Lo que sí puede determinar es cuánto va a durar dicha emoción.

  En los estallidos emocionales se producen tambiénfenómenos expresivos como gritos y sollozos. Se perturba el tono afectivo habitual, se altera el ritmo de los pensamientos y se pierde, en algunos casos, el control de los actos. En las emociones muy violentas, se liberan los sentimientos reprimidos, reaparecen modos primitivos donde el sujeto puede expresar palabrotas y hasta realizar gestos brutales.


EL ARTE DE AFRONTAR
LOS CAMBIOS


Todo cambio es estresante por definición. Aun cuando sea bien recibido, todo cambio altera la estabilidad. Para afrontar cualquier cambio debemos entender y manejar el estrés que inevitablemente se presenta en nuestra vida. Todos podemos regular el grado de estrés que experimentamos, manejando la cantidad de cambio que estamos dispuestos a tolerar.
Es importante entender que cualquier cambio puede producir consecuencias tanto deseables como indeseables. Trabajando con personas que están viviendo circunstancias traumáticas, como un incendio o un desastre natural, los profesionales han aprendido que las crisis pueden tener consecuencias positivas o negativas. Cuando atravesamos una crisis, la consecuencia puede ser el deterioro en nuestra capacidad de funcionar eficazmente. O, por el contrario, puede ser un mejor funcionamiento y un mayor desarrollo de nuestras potencialidades. Toda crisis implica desequilibrio y cambio. Todo depende de la forma como la afrontemos y nos sobrepongamos a ella.
Hay incluso crisis que se pueden percibir como ataques a nuestra misma esencia psicológica. Lo que en ese momento el destino nos exige es una redefinición de nosotros mismos, un redescubrimiento de significado, y una renovación de nuestro compromiso con lo que hayamos elegido como lo más importante de nuestra vida.
 
LAS DIMENSIONES INTERNA Y EXTERNA DEL AFRONTAMIENTO

Las fuentes INTERNAS de estrés se originan en losesfuerzos psicológicos tendientes a manejar las dificultades. Los estilos conflictivos de pensamiento pueden ser causa de enorme agitación interna.
Consideremos, por ejemplo, el conflicto de Hamlet'¿Ser o no ser?'. Este interrogante constituyó una profunda fuente de angustia, narrada de manera tan elocuente porShakespeare. Diariamente todos experimentamos conflictos menores que consumen buena parte de nuestra energía y nuestra fortaleza psíquica. Conflictos sencillos relacionados con nuestras metas, como decidir entre ir al mercado o quedarnos en casa lavando la ropa, se cuentan entre los estresores de menor intensidad que, no obstante, tienen la capacidad de perturbarnos.

Todas las decisiones importantes crean conflictos internos hasta que se resuelvenPero todos también experimentamos constantemente conflictos como, por ejemplo, los relativos a la crianza de los hijos. ¿Cuán estrictos o permisivos debemos ser? ¿Cómo expresarles afecto a nuestros hijos? ¿Cómo reaccionar cuando otra persona está en desacuerdo o tiene necesidades distintas de las nuestras? Muchos de estos conflictos surgen de la lucha entre aquella parte de nosotros mismos que quiere ser recta, honesta, respetada y diligente (aspectos que Freud llamó 'superego') y la que desea divertirse, descansar, estar cómoda y lograr sin demora lo que desea (el llamado 'id' por Freud).
Además de los conflictos internos, las emociones indeseadas constituyen otra fuente interna de estrés. A veces sentimos ansiedad o ira por algún acontecimiento del medio externo, pero a veces no les permitimos a esas emociones expresarse, y siguen mortificándonos, convirtiéndose en fuente interna de estrés. Cuando no podemos serena nuestra mente o liberarnos de ciertas emociones, quedamos atrapados en un patrón de estrés interno.
Hemos visto que el estrés se puede originar en el medio externo, y que los conflictos o emociones de nuestra psique pueden perpetuarlo. La fuente del estrés guía, en parte, la elección del estilo de afrontamiento. Cuando identificamos claramente la fuente del estrés que sentimos, quedamos mucho más libres para elegir la manera de combatirlo. Conocernos a nosotros mismos nos ayuda a elegir. Podemos dirigir nuestros esfuerzos primordialmente hacia el mundo externo, o podemos trabajar en el mundo interno de nuestra psique. Los dos aspectos del afrontamiento, el interno y el externo, son igualmente importantes. Cuando reconocemos nuestro estrés y sus fuentes, aumenta nuestra capacidad de elegir la forma de sobreponernos.

Las personas extrovertidas o que tienen personalidad directiva se inclinan primero hacia la solución de los problemas externos. 

Las personas introvertidas o de naturaleza contemplativa tienden a observar primero en su interior y tratar de solucionar los problemas del mundo intrapsíquico del pensamiento, la imaginación y el espíritu, antes de intentar siquiera actuar sobre el entorno. 
Sin embargo, es importante anotar que todos tenemos la capacidad de utilizar mecanismos de afrontamiento internos y externos. En realidad, ambos son necesarios.

Fredrica R. Halligan

Un pequeño relato para aprender



...en ocasiones con pocas palabras se aprende muchisimo..

Dicen que había un ciego sentado en la calle con una gorra a sus pies y un pedazo de madera en el cual se leía; “POR FAVOR, AYÚDENME, SOY CIEGO”. 

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él se detuvo y vio unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cártel, le dio la vuelta, tomó la tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. 

Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna; su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó qué había puesto en el cártel. El publicista le contestó: - “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio pero con otras palabras” 

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cártel decía: “HOY ES PRIMAVERA Y YO NO PUEDO VERLA”. 


Todo puede cambiar, simplemenete se trata de buscar la estrategia oportuna!

El poder del perdón
Mientras exista la voluntad de cambiar y la sensibilidad para aceptar que todos somos limitados, el perdón y la reconciliación serán casi siempre posibles.


Las ofensas provenientes de nuestros seres queridos suelen doler más porque al daño recibido se le suma el sentimiento de haber sido de alguna manera traicionados en nuestra confianza, nuestros afectos o nuestras expectativas.
Por eso los errores entre esposos tienden a convertirse no sólo en “problemas por resolver” sino en “dolores del corazón” que amenazan la relación misma y que hacen hasta dudar del amor. Muchas parejas empiezan así por preguntarse: "¿Cómo pudo hacerme esto?", "¿Cómo a mí que tanto lo(a) quiero", "¿Por qué si yo tanto he hecho o dado por él(ella)?

Lo primero es por tanto entender que toda persona se equivoca pues está siempre en proceso de aprender y desarrollarse. Y tu cónyuge no es la excepción. Además, muchos de las limitaciones de los adultos para expresar el amor, como se debiera, provienen de las heridas emocionales que esa persona recibió en su infancia. Por eso, lo más probable es que detrás de los errores de tu pareja hay un niño o una niña herida que todavía debe crecer.
Ahora bien, si has logrado entender esos dos datos (que tu pareja no es perfecta y que posiblemente detrás de sus errores hay un niño o una niña herida que todavía debe crecer), estás entonces listo(a) para cambiar tu odio y frustración y empezar a sanar tu corazón, y tu relación con el poder del perdón. Pero para que entiendas mejor de lo que se trata, es preciso entender bien qué es perdonar:
¿Qué es perdonar?
Muchas personas temen que al perdonar le van a dar a la otra persona el poder de seguirlas ofendiendo, o que se van a rebajar o humillar. Sin embargo, es importante saber que:
  • Perdonar no es aceptar lo inaceptable ni justificar males como maltratos, abusos, faltas de solidaridad o infidelidades. Tampoco es hacer de cuanta que no ha pasado nada. Eso sería forzarnos o ignorar la realidad y a acumular resentimientos. Igualmente, perdonar no es tratar de olvidar lo que me han hecho, pues siempre es bueno aprender de lo vivido.
  • Perdonar es sobre todo liberarse de  los sentimientos negativos y destructivos, tales como el rencor, la rabia, la indignación, que un mal padecido nos despertó y optar por entender que está en mis manos agregarle sufrimiento al daño recibido o poner el problema donde está: en la limitación que tuvo mi cónyuge de amar mejor, en una determinada circunstancia.
  • En síntesis, perdonar es: Otra manera, distinta de la rabia y el rencor, de ver a las personas y circunstancias  que creemos nos han causado dolor y problemas. Es, poder mirar a mi cónyuge y sus acciones negativas, con el realismo y la misericordia propias de Dios que, sin desconocer nuestras faltas, no nos identifica con el pecado y nos da la ocasión de ser mejores.
¿Por qué perdonar?
  • Porque mientras con el odio y el rencor quedamos atados al mal que nos han hecho y estancamos la relación matrimonial concentrándonos sólo en el error y el dolor que una determinada acción nos causó, el perdón nos da la oportunidad de ver la falta como un error real pero sin la carga emocional que nos daña. Entonces, además de recuperar la pazrecobramos la lucidez para evaluar el daño en su dimensión real y tomar las medidas necesarias frente a la relación.
  • Porque soy yo mismo(a) quien es responsable de producir la rabia o el odio y de aferrarme a ellosLa rabia, es una forma de satisfacer mi ego igualmente herido.
  • Porque mi cónyuge, es mucho más que su error. Sin querer justificar su falta, es claro que detrás de su acción hay un “niño o niña herido (a)” por los condicionamientos de su pasado, pidiéndonos, a través de su rabia, violencia o agresión, que lo auxiliemos, lo amemos, lo respetemos”.
  • Es claro igualmente que si mi cónyuge me entregó un día su vida en matrimonio es porque me ama y que por tanto, lo más seguro es que su equivocación no fue deliberada sino el fruto de sus limitaciones como ser humano en proceso.
  • Porque amar al cónyuge supone aceptar que es limitado y renunciar a mis expectativas a cambio de su realidad y buena voluntad de hacer lo mejor posible.

Diferencia entre perdón y reconciliación
Mientras el perdón es una decisión de cada persona, al interior de su propio corazón, la reconciliación supone la recuperación de la relación entre los dos. Lo ideal es por tanto que, una vez me libere de la rabia y renuncie a identificar a mi cónyuge con el error que cometió, nos dispongamos juntos a analizar el daño y buscar, en la medida de lo posible, una reparación. 
Dicha reparación supone que el ofensor reconozca su error, valore el efecto de lo que causó y pida perdón. El ofendido debe entonces igualmente aceptar las disculpas y ofrecer su perdón como la base para iniciar de nuevo una relación, sin rabia ni rencores, pero sabiendo que hay algo por mejorar.
Mientras exista por tanto la voluntad de cambiar y la sensibilidad para aceptar las propias limitaciones y lo que ellas pueden causar, el perdón y la reconciliación serán casi siempre posibles. Así el matrimonio se convierte en la escuela de amor donde cada persona debe encontrar un espacio donde es amada y aceptada, aún en esas realidades que no fueron amadas y aceptadas en la propia familia. Y mientras es retada a cambiar puede, por amor, liberarse poco a poco de sus limitaciones de carácter y sentir que puede crecer en su capacidad de dar y recibir amor.



Esta oferta de perdón y reconciliación, no debe sin embargo ser forzada con manipulaciones como “si me amas realmente debes…”; tampoco con presiones como: “yo he hecho mucho por ti, por lo tanto tu…”. No. La oferta del perdón debe ser gratis, y la reconciliación un acto que los dos ofrecen y se comprometen de manera igualmente gratuita a realizar, por que nace del deseo de seguir amando y del dolor de haber herido al otro, sin pretenderlo o sin saberlo.