jueves, 3 de septiembre de 2020

Yo te esperare





Cuando se perdien las palabras, solo quedan los gestos. Cuando decidimos apartarnos del camino de alguien, solo queda esperar a que nos eche en falta, ya que nuestro última intención és molestar.

Cuando envejecemos tomamos a la paciencia por pareja y aprendemos a esperar, pero cada día, cada momento, cada instante, és un tiempo perdido, un tiempo que se va y ya no vuelve, así que cada acto de soberbia que recibimos por orgullo que no nos acerca, al contrario, nos aleja, nos entristece y nos rompe por dentro. Pero aun asi, seguimos esperando ese gesto de humildad, esa palabra, ese beso que de alguna forma lo cambiaria todo.

Dejamos tiempo para recapacitar, tiempo para madurar, tiempo para pensar. Aun sabiendo que ese tiempo se evapora para no volver y arriesgandonos a que ese deseo no se de,  a que el mismo tiempo nos borre de los pensamientos y dejemos de existir. Así que después de esperar y esperar solo nos queda pensar que ojala no sea tarde para volvernos a abrazar, ya que nuestro tiempo es finito. I la opcion de no esperar, señores, es la última de las opciones cuando hablamos del corazón, aunque estemos equivocados y lo sepamos la esperanza nos obliga a esperar para bien o para mal.