jueves, 20 de septiembre de 2018

Legales o ilegales: ¿Cual es la diferencia?



legales o ilegales: ¿Cuál es la diferencia?


                                   Imagen: Xataka Ciencia

Hablaremos de drogas y empezaremos contextualizando la palabra por su significado ofrecido en Diccionario de la Real Lengua española. Sus tres primeras definiciones la enmarcan de tal modo: 

 1. f. Sustancia mineral, vegetal o animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes.

2. f. Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.

3. f. Actividad o afición obsesiva. El fútbol es una droga.


Podemos observar que se considera una droga tanto los preparados medicinales,  como los productos farmacéuticos fabricados de forma química. Todos ellos producen un efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.

Siguiendo a  Antonio Escotado en su obra "Historia elemental de las drogas"  el uso de estas se remonta a la la Antigüedad remota, donde distintas culturas a lo largo del tiempo han echo uso de ellas con finalidades distintas, basadas en cultos religiosos, magia, medicina y lúdico.

Lo que ha cambiado a lo largo del tiempo significativamente, a parte de la sustancia en si misma, que aunque parta de la misma fuente psicoactiva, el proceso hasta convertirla en lo que los consumidores toman se ha desvirtuado y prostituido significativamente, es el uso que se hace de ella.

Si en la antigüedad los conocimientos botánicos eran alabados y las propiedades de las plantas eran utilizadas por la mayoría de la población, con el tiempo y el fin del paganismo se impusieron restricciones e incluso su uso estuvo considerado como herejía y condenádolo. 

Actualmente el uso de drogas, es decir productos o conductas que modifican nuestro estado de ánimo, están diferenciados en dos categorías muy diferenciadas y, no debidas a sus efectos, sino a las leyes en que se han construido. Separándolas y diferenciándolas entre drogas ilegales y drogas legales.

Poniendo un ejemplo con la intención de ser más explícitos, haríamos constar como el metifenidato mas conocido como, 
Ritalin, o  Concerta,  que es un medicamento psicoestimulante con una estructura similar a la anfetamina. Se administra a personas con trastorno  de déficit de atención con hiperactividad y es, en sí misma una droga, ya que se encarga de incrementar los niveles de dopamina (DA) y norepinefrina en el cerebro a través de la inhibición de recaptación de los respectivos transportadores de monoaminas.  

La anafetamina por su parte, es una droga psicoestimulante del sitema nervioso central.  Es un agonista indirecto de los receptores presinápticos para noradrenalina (NA) y dopamina (DA) a nivel del sistema nervioso central. La anfetamina se une a estos receptores y los activa, induciendo la liberación de los neurotransmisores de reserva alojados en las vesículas de las terminales nerviosas, convirtiendo los respectivos transportadores moleculares en canales abiertos.  La anfetamina también impide que los transportadores de monoaminas recapturen la DA y NA del espacio sináptico inhibición de la recaptación, lo que conduce a un incremento en los niveles extracelulares de dopamina y noradrenalina.

Si entendemos los mecanismos que se activan al tomar dos substancias que afectan al seistema central nervioso de una forma similar, por no decir prácticamente igual, podemos ver que se trata del mismo mecanismo. La diferencia radica en el nombre y prescripción con el que lo tomemos. Una pertenece al grupo de las legales y la otra no.

Pongamos otro ejemplo:

Si vemos una personan  tomando una o dos cerveza en un bar, no nos alarmamos, no nos sorprendemos. Para nuestra información el el etanol tiene un peso molecular muy bajo, lo que permite que atraviese la membrana del intestino delgado y la mucosa del estómago en un tiempo muy breve. De ahí, al torrente sanguíneo y al cerebro; altera el correcto funcionamiento de los neurotransmisores que controlan funciones como el pensamiento, el comportamiento o las emociones. El etanol tiene la capacidad de afectar tanto a los inhibidores como a los excitadores, es decir, afecta tanto  al nivel de dopamina o glucomatato como al GABA. Posee la capacidad de excitación y al mismo tiempo de inhibición y que por tanto, produce un efecto de calma y de felicidad al mismo tiempo.



Por otro lado tenemos los conocidos Diazepam.  Se usa para el tratamiento de problemas de ansiedad, para los síntomas de abstinencia del alcohol, o los espasmos musculares.   Pertenecen a la familia de sedantes hipnóticos, actúa sobre el sistema nervioso central y periférico  su acción se inicia al unirse a los receptores GABA y produce un efecto relajante e hipnótico.
Si algún conocido o familiar nos comenta que está pasando por una mala etapa en su vida y que ha precisado tomar dicho medicamento, no nos alarmamos, lo vemos de forma compasiva. A diferencia del que toma un par de copas al finalizar el día y aún peor al que se las toma al iniciar la mañana, que lo vemos como alguien que tiene un problema con el alcohol. 

Deberíamos pensar que las dos son sustancias que modifican el estado de ánimo de forma similar, aunque socialmente una es mas aceptada que la otra y ahora para rizar el rizo incluiremos los opiaceos citando textualmente a: https://es.wikipedia.org/Wiki/Opioide


"El término opiáceo se refiere a los alcaloides presentes en el opio, un extracto de la exudación lechosa y blanca obtenida de la incisión de la cápsula de la amapola o adormidera (Papaver somniferum L.). También se ha utilizado tradicionalmente para referirse a los derivados naturales y semi-sintéticos de la morfina. Este término se usa con frecuencia incorrectamente para referirse a todas las drogas con acción farmacológica similar al opio o a la morfina, las que pueden clasificarse más apropiadamente bajo el término opioide.
Los principales opiáceos provenientes del opio son la morfinacodeína, y tebaína. La papaverina también está presente, pero prácticamente no tiene efecto sobre el sistema nervioso central, por lo que verdaderamente no se considera un opioide."
En esta ocasión vemos los derivados que pueden producirse de los opioides, aunque, la ilegal que no se encuentra en la definición sea la heroína, que se extrae a partir de la morfina.

A semejanza, encontramos como en el mundo griego se administraba opio para curar la epidemia de cólera. Seguramente quienes padecieron cólera, el uso de esta droga les atenuaría el dolor, cayendo en un sueño, "adormidera", como ellos lo llamaban, que les ayudó a morir con cierta placidez. También en nuestros días se administra morfina en enfermos que padecen mucho dolor. A mi criterio, algo totalmente lícito.

Los fines curativos de ciertas sustancias se han consumido como vemos, desde  tiempos remotos, haciendo usos de ellas con el fin de curar, fin religioso o terapéutico. También con uso lúdico. Este último el mas utilizado de distintas sustancias en nuestros días y el mas controvertido por pertenecer al grupo de sustancias ilegales.

El grupo de sustancias consumidas legalmente, pertenecería a las grandes productoras de medicamentos: las farmaceuticas. Y su uso se reservaria para personas que necesitan tomar ciertas drogas para restablecer o sobrellevar su vida diaria.

Puede parecer un tanto cruel dirigirse a las personas que toman fármacos para el estado de ánimo como adictos, pero al igual que el alcohol, que esta permitido en nuestra sociedad un mal uso y consumo de cualquier sustancia que modifique el estado de ánimo, puede llevarnos a una adición y si hablamos de adicciones, podemos intuir que tanto lo es para drogas legales, ilegales o ciertas conductas (ludopatía). Lo que se interpreta como erróneo es la convicción de que una persona cocainómana lo es por que lo desea ser y otra que toma el doble de antidepresivos o ansiolíticos prescritos es porque esta muy mal y lo necesita. Podríamos considerarlos adictos a los dos?, o por el contrario, compadeceríamos a uno y al otro lo repudiaríamos como adicto?


Moralmente podemos ponernos las manos sobre la cabeza y seguir creyendo que no es cierto, que un consumidor de "porros" y un consumidor de antidepresivos  no pueden equipararse. En mi opinión es un pensamiento basado en un condicionador social que limita la percepción de los hechos.

No es tanto la sustancia, si no como se toma esa sustancia, con que finalidad o habitualidad y de ese modo se pueda considerar una adicción, una diversión o una medicación. Encasillar a las personas en etiquetas sociales por consumir unas sustancias y no otras, sean legales o no, es caer en una trampa de constructo social donde el sentido común carece de importancia.  

Todo abuso es nocivo sea la sustancia legal o ilegal, toda adición es nociva ya sea de consumo o de conducta y deriva hacia la destrucción personal del individuo.

Responsabilidad, sentido común y valentía, quizás sea lo que falte en esta sociedad, quien sabe...



Fuente: Ana Balanzá