domingo, 6 de noviembre de 2011

La vida es bella

La vida es bella
Cada uno de nosotros es único, intransferible, tanto las cualidades buenas como las malas.
Con demasiada frecuencia nos sentimos arrastrados, nos sentimos que no nos pertenecemos ni a nosotros mismos, que somos un producto, una mercancía de cambio.
Vivimos una vida que no queremos, comemos lo que no nos gusta o pensamos que no es saludable supeditados al precio de mercado. Consumimos substancias nocivas legales e ilegales para conseguir un placer inmediato. Dormimos con la persona a la que hemos elegido para toda la vida pero con la que ya no sentimos nada al hacer el amor, pero con la estamos convencidos de querer envejecer juntos. Pensamos constantemente que nos falta tiempo mientras nuestros hijos ven como el “esperarte un momento” se convierte en un un momento añejo olvidando aquello que era tan importante compartir con los que eran sus héroes, sus padres y entonces llega el olvido por compartir, el olvido por preguntar, el olvido de como querer. Vamos un día tras otro al trabajo donde constantemente pendemos de un hilo, donde los compañeros son tan envidiosos que tenemos que ir con pies de plomo con lo que decimos para que no pueda ser malinterpretado por los oídos codiciosos. Miramos constantemente el reloj esperando la hora, la hora de escapar, pero escapar de que?, escapar a donde? Como si tuviésemos un lugar sagrado, un lugar donde fuésemos inmortales de felicidad, pero sin ir mas lejos esas personas que disponen de ese lugar sagrado son personas privilegiadas dentro de la clase humana y por lo tanto envidiadas y criticadas por sus congéneres, pues descuidan sus responsabilidades para ir a un templo donde cuidar su alma, donde cuidar sus pensamientos y poder recordar lo único, lo intransferible y genuino de su ser. Pero ese momento de gloria no puede perdurar y una y otra vez el reloj se apropia de nuestros verdaderos deseos y se convierte en el juez de nuestras acciones haciéndonos volver al mundo “real” para introducirnos en nuestra infinita contradicción moral, espiritual y vivencial, que es el transcurso de la existencia.

Pero en esta jungla donde vivimos nos podemos dar por satisfechos, pues podemos pensar en primer lugar que los caminos han sido trazados por nuestros antecesores y que todos de una manera implícita o explicita somos responsables de todo cuanto nos rodea, no sirve ya aquella vieja expresión “las cosas son así”, pues no siempre lo han sido, siempre hemos tirado de grandes pensadores, grandes filósofos de aquí y de allí que han dado perspectivas de la vida, de donde nos dirigimos y de donde venimos, pero, y ahora?, donde están sus voces? ,ya no nos importa saber?, o quizás es que ya lo sabemos todo?, o más bien ya no queremos saber nada?.... Lo siento pero la duda queda en el aire.

Realmente las cosas son así, eso está más que claro, pero realmente la cuestión es plantear si las queremos tal cual, o bien, queremos cambiarlas.

Muchos de nosotros, pensamos que así están y que así deben quedarse, no porque estén de acuerdo, sino más bien por que esperan que un ser superior deshaga todo el enredo y por sí solas las cosas hermosas vuelvan a su sitio, las personas ya no pasaran jamas hambre, habrá una sociedad equitativa, no habrán clases sociales superiores e inferiores, los niños todos serán queridos y vivieran en familias maravillosas llenas de amor y felicidad, los abuelos no buscaran comida en los contenedores, pues tendrán un suministro de atenciones para toda la vida, la contaminación no acabará con las especies de la tierra, los alimentos serán saludables y nadie se enriquecerá con las miserias de otros.... ,podría seguir enumerando distintas situaciones, pero creo que la idea principal puede entreverse.
Así que podemos esperar que las cosas cambien por el simple echo de que siempre han sido así. Mientras esperaremos, eso sí sin bajarnos del tren de nuestra propia existencia amoral, a que ese ser superior de nuestra especie despierte de los brazos de Morfeo y ponga un poco de orden en la jungla en la que habitamos.

Otros de nosotros pensamos que las cosas creadas por error, pueden volver a sus inicios y convertirse en provecho, siendo igual su envergadura o procedencia, esto significa que si algo no funciona debe ser cambiado, substituido y se debe aprender de la experiencia para no repetirlo, convirtiéndose en un conocimiento científico para próximos experimentos que se puedan realizar.
Pero con esto sustento que todo lo creado por el hombre, sea material o inmaterial puede ser susceptible de cambio, cambio para mejora global.

Llegados a este punto cabe preguntarse por el sentido de nuestra vida, de nuestra existencia y de la existencia y vida de nuestros descendientes. En estos momentos hay personas sufriendo hambre, muriendo por ideales, luchando por causas “varias”, niños muriendo de sed y hambre, maltratados por sus propios progenitores, menores solos viviendo en las calles consumiendo drogas.... Mientras nosotros en la calidez de nuestros hogares lo miramos a través de la “caja tonta” y lo único que decimos es “que mal que está el mundo” y tras este juicio rápido y sin apenas toma de conciencia pensamos en la serie, película o programa que darán después, sin preguntarnos si nosotros, cada uno de nosotros, tenemos por remota casualidad algún indicio de culpabilidad en todo lo relatado o bien podemos aportar alguna mejora en la situación.
Pero lo más cómodo desde todas las perspectivas posibles es pensar en otro asunto, pasar página y dejar que “otros” se impliquen en la búsqueda de la solución más factible, otros más listos, mejores, de otra clase, de otra humanidad y mientras nosotros nos escudaremos en el “y yo que podía hacer, pobre de mi”.
Ahora bien si por un momento giramos los papeles y fuésemos nosotros los que estamos pasando frío en la calle, hambre y nuestros hijos nuestros compañeros de viaje, como veríamos la situación? Pensaríamos quizás que los que están en casa nos podrían tirar un cable?, pensaríamos que no entendemos como se ha llegado ha esta situación?, pensaríamos que nuestra vida anterior era maravillosa? Pensaríamos que no hemos hecho nada para merecer tal castigo?.
Entonces y solo entonces seriamos capaces de mover todo lo movible y lo inamovible y de cambiar la situación arañando, peleando convertirnos en guerreros de los derechos del hombre, decidiendo lo que realmente queremos y no queremos, casi sin darnos cuenta nos convertiríamos en el Leviatan de Hobbes uniéndonos para salvar nuestra vida y la de nuestros hijos y con ello la de toda la humanidad. Pero entonces y estando en dicha situación, seriamos escuchados?
Damos por echo que carecemos de recursos para poder cambiar las cosas, que no sabemos, que no somos nadie, que siempre somos los perdedores en la batalla, pero la triste realidad es que siempre vamos a ser los perdedores pues ni siquiera lo intentamos, ni siquiera lo pensamos ni transmitimos, nos quedamos pasivos viendo pasar los días, las horas, las desgracias y las penas, pensando en nosotros mismos y en nuestra triste existencia dentro de algo que no queremos, nuestra propia vida.
Lejos de intentar cambiarla, nos sentamos y nos compadecemos de nosotros mismos y tristemente nos quedamos un día y otro día y otro, en nuestra burbuja de pena, así, lentamente nos consumimos, cuando llega nuestra hora quizá pensaremos en lo hubiera podido ser, pero entonces ya será tarde y ni tan siquiera en este momento seremos capaces de pensar en lo que por nuestra pasividad estamos dejando a nuestro paso, sino simplemente soñaremos con la felicidad que siempre hubiésemos querido tener y nunca hemos sido capaces de ni tan siquiera de buscar.

La existencia siempre ha sido un enigma sin respuesta, pero los recursos del hombre son inagotables, ya desde la antigüedad hemos contado con recursos para unirnos en tiempos de carestía, el pueblo siempre ha sido mas que una simple suma de sus partes, desde tiempos lejanos unidos siempre hemos logrado todo cuanto hemos querido. Y ahora?, quizás llego el momento de reconciliarnos y empezar de nuevo, pues lo viejo ya no nos favorece, ya no nos aporta nada provechoso, quedó obsoleto en el tiempo y por lo tanto es prudente cambiarlo.

Lejos de reprochar el camino que hemos tomado a alguien concreto, la intención final es que cada uno pueda sentir sobre sus espaldas el peso de su propia responsabilidad, todo este “embolado” no se ha elaborado solo, ni ha sido por causa de unos pocos, todos tenemos en mayor o menor medida un grado de responsabilidad del que tendríamos que ser conscientes de ello. Así podríamos sentirnos todos cómplices y por lo tanto responsables de hallar una solución adecuada. Sin olvidar que el último juez de nuestras acciones en el mundo terrenal vamos a ser nosotros mismos.

Cada acción que se produzca en nuestro entorno a favor de mejorar una situación deficitaria debería contar con el apoyo de todos, todos, entiendo el conjunto de personas que viven en el planeta tierra, evidentemente existen situaciones complejas y un sin fin de soluciones, por lo que podemos empezar por las cercanas, las que nos afectan de forma directa, sin olvidar que cualquier irregularidad que se produce en el planeta nos afecta y por lo tanto tenemos derecho a opinar y decidir en las actuaciones que se deban tomar, nadie puede tomarse la justicia de la resolución de un problema de forma individual o por beneficios económicos, pues los conflictos en las relaciones humanas nos pertenecen a todos por lo que en conjunto debemos buscar una solución, así que si en algo no estamos de acuerdo cambiemos lo, si hay algo que nos molesta protestemos.

No somos perdedores, no somos individuos dispuestos a pasar por la vida malgastando la en moda, comida, superficialidad, sin aportar nada a nadie ni a nosotros mismos, no queremos bienes materiales a cambio del sacrificio de otras personas, de niños inocentes, no queremos morir y pensar que nuestra existencia ha estado vacía.
La falta de conciencia nos ha hecho desembocar en la total indiferencia del sufrimiento de otras personas, ya sea por la lejanía en términos geográficos, ya sea por falta de información, de interés, ya sea por el puro y duro egoísmo, pero la conciencia no queda dormida siempre y ya seria hora de ir despertando, de hacernos responsables. Porque de otra forma, sino estuviera dormida , como podemos dormir planos?, a esto llamamos humanidad?

El silencio no puede ser nuestra voz.
En el sofá de casa en silencio sin preocupaciones solo para pensar lo que mañana comeremos, la ropa con la que nos vestiremos para ir a la moda, el perfume que usaremos y las próximas deportivas que nos compraremos, se está de maravilla, pero nos estamos olvidando de todo cuanto nos rodea, de la anciana que pide en la esquina de nuestra calle, del niño que anda solo por la calle con tan solo cuatro años, de la vecina a la que le están a punto de embargar el piso, del chatarrero ilegal del barrio, de la prostituta adolescente, del inmigrante sin trabajo que duerme en la barraca, del anciano que busca comida en las basuras, de la violencia domestica del primer piso.....En cambio recordamos a la perfección el coche nuevo del vecino, las botas que estrena la vecina del segundo, las propiedades que tiene el panadero, el modelo de móvil que tiene mi amigo y las veces que se fue a pasar un fin de semana con su esposa al año.
Nuestra visión es selectiva y nuestro cerebro esta programado para economizar al máximo posible, por ello es posible que solo seamos capaces de recordar, las cosas que nos producen una motivación de deseo de lo ajeno, produciendo la temible envidia. Las otras que requieren un proceso análisis, síntesis, de búsqueda de solución a una situación compleja, las olvidamos y las enterramos. Y así de ese modo vivimos en una falsa comodidad, obviando la realidad completa.
La vida se compone de pequeños trozos, de pequeñeces, de detalles insignificantes, que forman un entramado, una sinergia envolvente, donde todo cuanto sucede a nuestro al rededor tiene una complejidad extrema, todo se complementa y tiene su razón de ser, es un vinculo entre el rechazo y la atracción y deberíamos ser capaces de conjugar todo cuanto nos rodea con el objeto de ser un poco mas justos, un poco mas honestos, un poco mas humildes, en definitiva un poco mas humanos.
Cada una de nuestras voces es indispensable y por ello deberíamos hacer uso de ellas, unidas todas podríamos conseguir que las cosas cambien, que sean diferentes, que sean buenas para todos, podríamos prescindir de muchas cosas materiales sabiendo que cada niño en el mundo tiene tres comidas al día garantizadas, pero para ello tenemos que pedirlo, tenemos que utilizar nuestras voces y estar seguros a la renuncia de poco para conseguir mucho, o incluso a la renuncia de mucho para conseguir mucho pero para todos, es un pensamiento profundo que cada uno de nosotros tiene el deber de al menos proponerse para sí. Ya que la humanidad y con ello los que la componemos no somos solo los que tenemos un poder adquisitivo alto o medio, sino que lo somos todos nos guste mas o menos y todos tenemos los mismos derechos fundamentales a una vida digna.
La economía en muchas ocasiones se interpone en nuestros pensamientos y nuestros bolsillos, por que no decirlo, siempre se interpone, se ha interpuesto y si no actuamos se interpondrá. Pero aquí estamos los fundadores de un sistema económico que ha hecho agua en varias ocasiones y que somos reacios a querer cambiar. Porque?, no sirve, no funciona, aprendamos y sigamos inventando. Nos aferramos a un hierro candente y dejamos que nos consuma con él? …..Pero en que estamos pensando? Cosas mas difíciles hemos hecho.
Pero existe un interés sumergido y nosotros dejamos que siga hay, escondido, estamos siendo manipulados complaciente-mente, pero hasta cuando?. Al igual que la conciencia, nuestra inteligencia también tendría que ir despertándose e indagando, protestando y reclamando, no hay otra respuesta, no existe otra manera, no hay posibilidad para todos si no nos unimos con voz potente y reclamamos lo justo, lo justo para todos.

Las cosas no tienen por que seguir siendo como son, si se hicieron se pueden deshacer.
No existe nada imposible, existen personas luchadoras y personas complacidas. De cual eres tu?