lunes, 4 de noviembre de 2013




Anorexia y Bulimia

El control del peso de forma inadecuada impulsa a realizar métodos extremos, que consisten en el bajo consumo de alimentos o restricciones, la purga a base de laxantes o vómitos tras los atracones. Todo ello bajo una mirada distorsionada de la realidad, la cual genera una ansiedad desmedida por controlar la imagen. El intento de verse “bien” lleva a un profundo malestar, o se consigue merced al daño físico y psicológico.


Los trastornos asociados a la problemática alimentaria son varios: Anorexia nerviosa, Bulimia nerviosa, trastorno de la conducta alimentaria no especificado, trastorno por atracón,  obesidad, sobrepeso, algunos pueden ir juntos. Los  factores que pueden causarlos son múltiples, así como es frecuente que sean sus manifestaciones muy distintas, cursando con grados distintos de incapacidad y/o malestar.
La ansiedad por el control de peso y la falta de recursos para poder hacer frente a la falta de control, abocan a las personas hacia trastornos alimentarios que ponen en riesgo su salud física y psicológica, llegando en algunas ocasiones a perder la vida por una falsa necesidad. La imagen atractiva del cuerpo. 



Si la relación con el propio cuerpo se ha vuelto hostil es esperable que empiece a deteriorarse la vida afectiva y el rendimiento laboral, la persona se aisle sosteniendo el conflicto como un gran secreto (estos pacientes han comprobado, o suponen, que no serán comprendidos). El resultado es que se el problema inicial se refuerza. Se ha armado entonces un círculo del que es difícil salir sin ayuda profesional. Nadie puede (como ocurre en las adicciones) dejar para siempre de comer, o desinteresarse del todo de la valoración de la propia imagen.

La disconformidad con la imagen del cuerpo se torna obsesiva, comulgando con preocupaciones constantes respecto de qué se ingiere o no se ingiere, las emociones negativas que acompañan este proceso aumentan porque  los cambios deseados no logran conseguirse. Y eventualmente, al alcanzarlos, duran un período breve o bien su sostenimiento se basa en el perjuicio de la salud física.


Rosen (1992), planteó la hipótesis de que la anorexia y la bulimia nerviosa son manifestaciones de un trastorno de la imagen corporal similar al trastorno dismórfico corporal. Dicha distorsión de la imagen puede mantenerse por el sesgo de la atención hacia la información consistente con las creencias de que la figura corporal propia no es atractiva.
Aunque el término de los parámetros de la atracción los marca cada ser humano dentro de sus preferencias se debería tener en cuenta que la moda y la publicidad marcan tendencias dentro de lo que es considerado atractivo y lo que no lo es. Por ello la atracción debe estar regulada por unos parámetros de salubridad que permitan marcar tendencias a seguir sin poner en riesgo la vida de las personas, ya sean adolescentes, niñas, niños, hombres o mujeres.


Objetivos del tratamiento Cognitivo Conductual:
  • Desarrollar actitudes- creencias realistas acerca de la imagen corporal y del peso.
  • Establecer un patrón normalizado de peso.
  • Reducción de conductas purgantes e ingestas.
  • Potenciar la auto-aceptación, el afrontamiento de la ansiedad y la socialización.
  • Motivar hacia el cambio en el tratamiento.
Cada persona debe saber las limitaciones de los cambios que puede producir en su cuerpo, y cuáles son las consecuencias de dichos cambios, de otro modo cualquier intento de aproximarse a lo que no está al alcance de uno  está destinado al fracaso. 
Cuando la meta de nuestras expectativas no sea posible, habrá que aceptarlo, que tampoco es tarea sencilla,  readaptando la meta inicial, encaminándola hacia un propósito realizable.



A nivel de prevención, fomentar una auto-estima positiva y una mentalidad crítica-constructiva de lo que nos rodea, puede evitar la distorsión de la realidad desde un punto de vista humano y no solamente encuadrado en una sociedad consumista y basada en la imagen corporal como valor del ser. 
Los más jóvenes deberían desarrollar un criterio claro y sano sobre sus puntos de atracción y no ser absorbidos por la industria del consumo.

Somos lo que hacemos, pero principalmente somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. - Eduardo Galeano

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