viernes, 19 de mayo de 2017

A la caza de soluciones

A la caza de soluciones

Vivimos en una sociedad compleja, llena de requisitos y demandas autoimpuestas a las que queremos satisfacer casi a cualquier precio. Las personas con las que hablo y a las que intento ayudar, me cuentan en bastantes ocasiones que sienten la opresión de la sociedad en sus espaldas, que sus vidas son puras idas y venidas guiadas por terceras personas y que en raras ocasiones reconocen o asumen su responsabilidad frente a las dificultades ya que tal y como lo describen "siempre fue culpa de alguien", o "se dejaron llevar", o "que podia hacer yo", o "me empujaron a hacerlo", "determinaron mi camino", "no me dieron elección", "decidieron por mi", "me vi con la obligación", "no podia hacer otra cosa"... etc.

Todas ellas, con dichas afirmaciones,  excluyen  su responsabilidad consigo mismas, todas ellas se parapetan bajo la victimización y la escasa capacidad de aceptación de irresponsabilitat. 

Quizás no se den cuenta que el "fluir" en la vida nada que ver con dejarse llevar por los otros sin tomar decisiones. Mas bien se trata de ser consecuentes y responsables de nuestras decisiones, observando  que unas veces vamos a salir victoriosos y felices y otras nos vamos a equivocar y vamos a estar enfadados con nosotros mismos por habernos equivocado. No obstante, todo y que no nos salgan bien las cosas, cuando tomamos decisiones en la vida tenemos que ser capaces de hacerlo y no dejar que otros las tomen por nosotros. 

Para ello existe una barita mágica que se llama "caza de soluciones" y se trata de poner en una balanza los pros y los contras de la cuestión, acción o decisión que vayamos a tomar. Es decir, en un lado de la balanza pondremos todo cuanto puede suceder si nos sale mal y en el otro lado todo lo que nos puede suceder si nos sale bien y solamente nos faltará realizar el conjuro con las siguientes palabras: -¿Es bueno para mi?.

Esta pregunta implica mucho más que el simple resultado positivo o negativo a corto plazo de lo que queramos tratar. Implica la valoración de la compensación o no, que vamos a tener a largo plazo sobre nuestras decisiones. 

Elijamos una cosa u otra, la importancia recae en tomar una decisión y ser consecuente con nuestra elección, sin culpabilizar de nuestros errores a terceros. La escusa de "yo no he sido" creo que hace tiempo que ya no nos sirve. En mi opinión la responsabilidad con uno mismo de poder buscar las soluciones más adaptadas a sus problemas o de poder decidir su camino, es un derecho y aunque en ocasiones se rompa el protocolo social, es responsabilidad de uno mismo cuidarse y no dejarse arrastrar.

Fuente: Ana Balanzá
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