lunes, 15 de enero de 2018

La hormona del estrés: el cortisol


La hormona del estrés: el cortisol


Cortisol: hormona del estrés

El cortisol es una hormona glucocorticoide sintetizada a partir del colesterol en las dos glándulas suprarrenales, situadas en la parte superior de cada riñón. Generalmente se libera en respuesta a eventos y circunstancias tales como despertarse por la mañana, hacer ejercicio y el estrés agudo. Los efectos sistémicos de cortisol juegan muchos papeles en el cuerpo para llevar a cabo sus procesos de esfuerzo y mantener la homeostasis.

El cortisol en respuesta al estrés

El cortisol (junto con la epinefrina) es conocido por su implicación en la respuesta de “lucha o huida” y el aumento temporal de la producción de energía, en detrimento de otros procesos que no son necesarios para la supervivencia inmediata.

Los siguientes pasos son un ejemplo típico de cómo opera el cortisol en respuesta al estrés y como mecanismo de supervivencia:

Un individuo se enfrenta a un factor de estrés.
Se genera una compleja respuesta hormonal, y las glándulas suprarrenales secretan cortisol.
El cortisol prepara al cuerpo para una respuesta de lucha o huida, inundándolo de glucosa, una fuente de energía inmediata para los músculos grandes.
El cortisol inhibe la producción de insulina en un intento de evitar que la glucosa se almacene, favoreciendo su uso inmediato.
El cortisol estrecha las arterias, mientras que la epinefrina aumenta la frecuencia cardíaca, así la fuerza de la sangre al bombear es más fuerte y más rápida.
Se resuelve la situación.
Los niveles hormonales vuelven a la normalidad.

¿Entonces, cuál es el problema? Lo que ocurre es que con nuestro estilo de vida cada vez más rápido y estresado, nuestros cuerpos terminan bombeando cortisol casi constantemente, lo que puede causar estragos en nuestra salud. En este proceso de todo el cuerpo, mediado por las hormonas y el sistema inmune, el cortisol juega un gran papel.

¿Cómo funciona el cortisol?

Los niveles de cortisol en sangre varían constantemente, pero en general son más altos por la mañana al despertar, y luego caen durante todo el día. Esto se llama un ritmo diurno. En las personas que trabajan por la noche, este patrón se invierte, por lo que el tiempo de la liberación de cortisol está claramente relacionado con patrones de actividad diaria. Además, en respuesta al estrés, el cortisol es liberado de forma adicional para ayudar al cuerpo a responder de manera apropiada.

La secreción de cortisol es controlada principalmente por tres regiones comunican entre del cuerpo, el hipotálamo en el cerebro, la glándula pituitaria y la glándula suprarrenal. Esto se llama el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA). Cuando los niveles de cortisol en sangre son bajos, el hipotálamo secreta la hormona liberadora de corticotropina, que hace que la glándula pituitaria a su vez secrete otra hormona, la hormona adrenocorticotrópica en el torrente sanguíneo. Los altos niveles de la hormona adrenocorticotrópica se detectan en las glándulas suprarrenales y estimulan la secreción de cortisol, causando que los niveles de cortisol en sangre aumenten. Como los niveles de cortisol aumentan, empiezan a bloquear la liberación de la hormona liberadora de corticotropina desde el hipotálamo y la hormona adrenocorticotrópica de la pituitaria. Como resultado, los niveles de la hormona adrenocorticotrópica empiezan a caer que a su vez conduce a una caída en los niveles de cortisol. Creando el llamado bucle de retroalimentación negativa.


¿Qué ocurre si tengo un exceso de cortisol?

El exceso de cortisol durante un período prolongado de tiempo puede conducir a al llamado síndrome de Cushing. Esto puede ser causado por diversos factores, tales como un tumor que genera hormona adrenocorticotrópica (y por lo tanto aumenta la secreción de cortisol), o tomar ciertos tipos de medicamentos. 
Los síntomas incluyen:

Rápido aumento de peso, principalmente en la cara, el pecho y el abdomen, en contraste con brazos y piernas delgadas
Una cara enrojecida y redonda
Hipertensión arterial
Osteoporosis
Cambios en la piel (contusiones y estrías de color púrpura)
Debilidad muscular
Los cambios de humor: ansiedad, depresión o irritabilidad
Aumento de la sed y la frecuencia de la micción

Los altos niveles de cortisol durante un tiempo prolongado también puede causar falta de deseo sexual y, en las mujeres, los períodos pueden ser irregulares, menos frecuentes o detener por completo (amenorrea).

¿Qué ocurre si tengo muy poco cortisol?

Un nivel demasiado bajo de cortisol puede ser debido a la llamada enfermedad de Addison. Es una enfermedad autoinmune donde se produce la destrucción de las glándulas suprarrenales. El inicio de los síntomas es a menudo muy gradual. Los síntomas pueden incluir fatiga, mareos (especialmente al ponerse de pie), pérdida de peso, debilidad muscular, cambios de humor y el oscurecimiento de las regiones de la piel. Se requiere una evaluación urgente por parte de un médico especialista cuando se sospecha este tipo de enfermedad.
La privación del sueño, la cafeína, el alcohol y sus efectos sobre el cortisol

Los estudiantes suelen sacrificar horas de sueño y aumentan el consumo de cafeína y alcohol, todo lo cual causa un impacto sobre los niveles de cortisol y, por tanto, los marcadores fisiológicos de la respuesta al estrés.

La pérdida aguda de sueño confunde el eje HPA y se altera la regulación de la retroalimentación negativa de glucocorticoides. En un estudio encontraron que los niveles de cortisol en plasma están más elevados, hasta en un 45%, después de la privación del sueño, un incremento que tiene implicaciones incluyendo la respuesta inmunológica, el deterioro cognitivo y alteraciones metabólicas.


La relación entre la cafeína, el estrés y la secreción de cortisol también es importante. Cuando ingerimos una gran cantidad de cafeína en un día, se incrementan nuestros niveles de cortisol. Existe una relación positiva clara entre el consumo de cafeína y la liberación de cortisol, y esta relación se agrava cuando se introducen otros posibles factores generadores de estrés. De este modo, a la ingesta de cafeína, le añadimos la falta de sueño y la toma de bebidas energéticas, podemos estar provocando un gran desequilibrio hormonal en nuestro cuerpo.

Finalmente, a menudo, los estudiantes deciden celebrar el final de un período de estrés académico, consumiendo alcohol, a menudo en grandes cantidades y durante un corto período de tiempo. Irónicamente, este método de liberar el estrés en realidad estimula el eje HPA y anima a la fabricación y liberación de cortisol. De hecho, la elevación en los niveles de glucocortioide como resultado del consumo de alcohol puede ser mayor que la elevación de los estímulos de estrés. El alcohol logra activar el eje HPA porque deprime las células nerviosas responsables de la inhibición de HPA, elevando así la actividad del eje. Como resultado, la corteza suprarrenal secreta altos niveles de cortisol. No es de extrañar entonces, que los estudiantes se quejen posteriormente de su considerable nivel de ansiedad y sensación de presión, ya que son nuestras respuestas comunes ante el estrés.

Resumiendo, la falta de sueño, el consumo de cafeína y el consumo de alcohol actúan conjuntamente para aumentar la cantidad de cortisol en nuestro cuerpo, aumentando el estrés que tratamos de combatir.

Sergio Muñoz Collado
Psicólogo Licenciado por la UNAM, México. Máster en Psicología Clínica y de la Salud. Postgrado en terapia cognitivo-conductual.
Fuente: https://www.psicoactiva.com/blog/la-hormona-del-estres-cortisol/

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