martes, 5 de abril de 2016

Porque lo digo yo!



Cuando damos una indicación a un niño o una niña debemos detenernos un instante para evaluar si lo estamos haciendo de forma correcta o no. Porque? por que ellos interpretan mucho más que las palabras, mucho más que la entonación, mucho más que el significado. Son capaces de leer entre líneas y adaptar esa indicación a sus esquemas mentales en la construcción de la realidad.

Esquemáticamente podríamos transformarlo de forma muy, muy y muy simplificada en el siguiente cuadro:

NO SE PEGA
Porque lo digo yo !
No puedo defenderme?
NO SE ESCUPE
Él puede escupir y yo no?
NO SE HABLA
No puedo opinar?
NO SE SALTA
No podré enseñarle lo fuertes que son mis piernas?
NO SE JUEGA
No quiere pasar tiempo conmigo?
NO SE RÍE
Estará enfadado/a?
NO SE TOCA
Será blandito?
NO SE…
Todo lo hago mal?

Cuando solamente hacemos que se acaten normas sin explicaciones, sin buscar la comprensión o el aprendizaje de los más pequeños/as, nos convertimos en padres y madres tiránicos, a los cuales les sobran las explicaciones y les es más cómodo ordenar de forma simple sus vidas. 

 Las incógnitas que despertamos en nuestros hijos y a la que no ofrecemos alternativas resolutivas o adaptadas a las situaciones se las responden ellos mismos, a veces de forma óptima y otras buscando respuestas en comportamientos distorsionados dentro del núcleo familiar y dentro de la sociedad. 

Merece la pena explicar, razonar y ofrecer explicaciones para que los niños y niñas puedan comprender de manera fiable cuanto les rodea sin tener que buscar respuestas de fuentes inciertas y que los pueden conducir a la construcción de patrones de comportamiento desadaptados. 

Fuente: Ana Balanzá



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