lunes, 17 de febrero de 2014

El peligro de las Creencias

El peligro de las Creencias

Mito: 
"Narración meramente ficticia relativa a personas, acciones o acontecimientos sobrenaturales que entraña alguna idea popular sobre fenómenos naturales o históricos. A menudo, es usado de forma vaga para aludir a cualquier tipo de narración que contenga elementos de ficción."

Las creencias son productos resultantes de dar como cierto aquello que nunca hemos visto ni comprobado. Así pues damos por cierto distintas situaciones de nuestra vida por el simple hecho  que se corresponden con la creencia generalizada de la comunidad o sociedad, sumándose a las creencias religiosas, políticas y por supuesto personales.

Las creencias que tenemos sobre el mundo y cuanto nos rodea, condicionan nuestra vida en la medida que nos condiciona la manera de pensar y actuar, ya que aquello en lo que creemos supone para cada uno de nosotros una verdad inamovible.

Cuando sucede que lo que creemos cierto no resulta ser más que un mito producto de nuestra desorbitada imaginación, de juicios precipitados, de envidias, de ingenuidad desmedida… estamos corriendo el peligro de desvirtualizar nuestras conductas adaptadas para poder sustentar aquello en lo que queremos creer.
No resulta algo novedoso, ya que a lo largo de toda la historia encontramos ejemplos bien prácticos: la creencia de que la tierra era plana o de que el sol giraba en torno a la tierra. Algunas personas fueron condenadas a muerte por no seguir las creencias dominantes del momento y sacrificaron sus vidas por mantener sus descubrimientos.

Muchos de nosotros también sacrificamos las nuestras cuando sustentamos una creencia que no nos beneficia, todo al contrario nos remite a la parte más oscura de nuestro ser, ya que se convierte en algo irracional que no nos detenemos ni siquiera a valorar, simplemente creemos en ello, creemos en el mito que hemos construido sobre nosotros mismos, sobre los otros e incluso sobre el mundo que nos rodea.
Cuando una o varias creencias erróneas se apoderan de nuestro pensamiento, nos distorsionan la realidad no nos dejan pensar con claridad y constantemente nos acercan a la irracionalidad. Pues su función es la de perdurar en el tiempo. Así ejecutamos y construimos una red de creencias erróneas mayor,  de supuestos, de interferencias sobre la realidad que nos alejan de la coherencia e imposibilitan una relación positiva personal e interpersonal. También  nuestras demandas hacia nosotros mismos, los otros y el mundo se hacen cada vez mayores y cada vez más  insatisfechas por lo que la frustración aparece día tras día con mayor intensidad.



Si por el contrario nuestra red de creencias está en armonía con nosotros, con los otros y con el mundo, las demandas son acordes a las necesidades y por lo tanto la frustración es mucho menor, las conductas son adaptadas al entorno social y  personal, las interferencias son afrontadas adaptativamente… Estamos en sintonía con nuestros pensamientos, nuestras conductas y nuestras emociones. FELICIDADES ¡! Estamos en el camino correcto.




Cuestionarnos continuamente sobre nuestros pensamientos, creencias y demandas es vital para no dejarnos llevar por pensamientos erróneos que perturben nuestro equilibrio vital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos los comentarios, Agraïm els comentaris.