lunes, 19 de octubre de 2015

Tener los pies en el suelo

TENER LOS PIES EN EL SUELO




Una frase comúnmente utilizada, verdad? Somos muchas las personas que oímos que deberíamos ser más realistas sobre lo que pensamos o sobre nuestras posibilidades. Conocidos, amigos y familiares, nos dicen que nuestras ideas parecen utopías, que deberíamos tener más los pies en el suelo y admitir que las cosas son así, que son muy difícil cambiar o prácticamente imposible.

Pues bien, quizás tengan toda la razón, pero solamente en algunos aspectos. Por ejemplo, cuando hablamos de que las cosas son difíciles de cambiar, nadie lo niega, estamos en una sociedad donde nos solemos encontrar limitados en muchos aspectos, es difícil, aunque no imposible.

Para movilizar a las personas hacia un cambio debemos encontrar una motivación basada en los principios que rigen su vida. No sirve hacerlo por miedo o por obligación, cada individuo debe realizar el cambio porque cree que es lo correcto, para sí mismo y para los demás. 
Cuando esta introspección pasa a ser un modelo de vida,  una brújula que nos aleja del conformismo, nos estamos acercando y materializando el cambio al que queremos alcanzar. 
Lo podemos llamar ideal, utopía, locura... Pero todo empieza a girar y a movilizarse entorno a aquello que deseamos, en aquello en lo que creemos. 
Sin darnos cuenta nos encontramos, que al abrir los ojos y creer que las cosas las podemos cambiar, reinventar o crear, estamos construyendo una utopía, pero no solo mental, sino real. Las utopías son necesarias y en ellas encontramos el ingenio, la innovación...Así como las estructuras que surgen de un  pensamiento social  común y que estamos descubriendo.

Si nos conformamos con todo cuanto nos rodea y no somos un poco utópicos, de ese tipo de personas que siempre piensan en mejorar, no solo lo de los demás, sino también a sí mismas,  quedamos instalados en la inmovilidad, la pasividad, el aburrimiento y el conformismo. Nos auto-encarcelamos en lo existente, sin perspectivas de un futuro mejor.

Grandes personajes de la historia nos han mostrado a lo largo de los tiempos que todo empieza por una idea y que después, esa idea se va construyendo, va tomando forma, hasta llegar a ser real. A muchos de ellos los llamaron locos...Quizás, se nos olvidó que existe  la mejora de aquello que construimos o inventamos ya hace tiempo y, que como todo, necesita una adaptación a los cambios, a las necesidades sociales, a las diversidades existentes, a la sociedad y a nosotros mismos. O que es mejor empezar de nuevo y rescatar todos las experiencias anteriores y construir de nuevo...quién sabe...

En este último paso, cuando alguien dice que debemos tocar con los pies en el suelo, yo suelo darles toda la razón, ya que para mi esta expresión contiene la mejora, contiene la utopía, la superación, la libertad de elección... 
De otro modo, como se pueden tener los pies en el suelo?, resignándose que nada puede cambiar?, sin sueños?, sin ideales?...
Me considero privilegiada cuando pienso con claridad que todo, TODO lo creado por el hombre puede ser mejorado, puede ser reelaborado y todavía poseemos la capacidad de invención. 
Me sentiría muy triste pensando que no puedo aportar nada para mejorar  el presente ni el futuro. 
Así que por mi parte, voy a seguir teniendo los  pies en el suelo y agradeciendo a todos cuantos me rodean el detalle de recordármelo...

Fuente: Ana Balanzá

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos los comentarios, Agraïm els comentaris.